Originaria de Ecuador, Ingrid Balseca se desempeña como periodista y de igual manera, ofrece acompañamiento tanatológico como voluntaria. En sus palabras: "Desde que conocí la tanatología, me encantó, porque vi en ella una manera de ayudar con las herramientas adecuadas a otras personas en los diferentes procesos de duelo (ya sea la muerte de un ser querido, el divorcio, una enfermedad), que a todos nos toca vivir en algún momento de nuestra existencia. Ser voluntarios nos enriquece como seres humanos, porque nos permite ponernos en los zapatos de esas personas y entender el dolor por el que están atravesando, es decir, nos humanizamos. El voluntariado no solamente sana al que recibe la ayuda, también al que la da".